NO APTO PARA CARDÍACOS


10/12/10
Unión 2, CAI 1
Bronca, amargura e impotencia, descargadas en forma de improperios emergieron de las bocas unionistas cuando el relator radial dijo, casi en voz baja: ¡Gol de la Comisión de Asuntos Infantiles!
-Esta película ya la vimos, dijo un comentarista, refiriéndose a experiencias similares vividas en ese mismo estadio.
Y las tribunas enmudecieron. Había muchos claros en ellas ¿Sería porque los socios debían abonar la entrada? ¿O por influencia del conocido refrán: “No hay dos sin tres”? Esto asustaba mucho a los pesimistas, que pensaban: Cuando jugamos aquí con Aldosivi, que iba último, perdimos; y cuando vino Belgrano, que también iba último, perdimos otra vez. Y como no hay dos sin tres… perderemos otra vez.
Pero eran más los optimistas: ellos decían: “La tercera es la vencida”; y lo que no logramos la primera vez, ni la segunda, debería darse en la tercera ocasión: que es ésta.
Lamentablemente, pese a dominar el juego, en uno de sus esporádicos avances, la CAI se puso en ventaja. - ¡Otra vez nos gana el último! ¡No puede ser! ¡La cancha está embrujada!... se oía.
¿Por que nos pasa esto? Los jugadores ponen todo. El DT planifica un esquema de juego y los instruye bien. Pero nos hacen un gol y todo se derrumba. La gente se inquieta, silba, insulta. Los jugadores se sienten presionados, culpables. Y cuanto más ponen, menos obtienen. Falta claridad, inteligencia, puntería, calma ¿Habrá que contratar psicólogos, además de preparadores físicos?
Si algo facilita el juego defensivo del rival que se abroquela en su área, es tirar centros y más centros. Tantas pelotas de alto sacaron los defensores comodorenses que quedaron exhaustos y algunos debieron ser reemplazados.
Menos mal que el “fantástico” Pérez metió la cabeza ante un rebote que dio el arquero y empató. Pero la “malaria” persistía. Faltan diez minutos… cinco… fin del tiempo reglamentario… empieza el de descuento... se desaprovechan otras oportunidades y casi nos meten otro gol.
Y entonces, cuando ya todo acababa, el “Fantástico” Pérez, con una pirueta inventada en el momento, decretó la victoria local y honró una frase de Dante Panzeri, famoso periodista de la revista El Gráfico: él decía que el fútbol era “la dinámica de lo impensado”. Y vaya si lo fue. De un soplo borró la amargura de los tatengues y acabó con la heroica resistencia chubutense. Nadie puede planear lo que el talento individual crea sobre la marcha, en un instante (Vean a Messi). Como un relámpago en la oscuridad, ese gol iluminó la noche de los unionistas y avivó la llama de la esperanza en sus corazones.
Si Unión no impuso la moda es uno de los que más la aplica: gana o pierde al expirar el partido. De haber un gobierno monárquico en La Argentina, el Rey ya habría creado la “Orden del Infarto”, y designado Caballeros, a los jugadores de Unión: “Los Caballeros del Infarto”.
¡Uf! Habría que iniciar una campaña para que durante la semana previa a cada partido que Unión juegue con el último de la tabla, se recomiende a las personas sensibles, especialmente a quienes padezcan problemas cardiovasculares o sean muy emotivos, que se abstengan de asistir a la cancha, escuchar el partido por radio o verlo en la televisión, si es televisado.
Esta advertencia debería hacerse pública por todos los medios de prensa oral, escrita o televisiva; y además, rodear al 15 de Abril con carteles que digan, con grandes letras: ¡PELIGRO! ¡Viene el último! Y a continuación, detallar lo que enunciamos en el párrafo anterior: Deben abstenerse de asistir las personas sensibles, etc. ¿No les parece?

El Giorgio

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