24/4/11: Unión 2, Defensa y Justicia 3.
El día era casi perfecto: calmo y soleado. A las 13 escuché las primeras bombas y hacia las 14 el canto de las tribunas, sumado al estruendo, sobrevolaba la ciudad. La fiesta parecía inminente.
Había leído, días antes, que Defensa y Justicia nunca había ganado como visitante en este torneo. Y recordé que hace unos meses sugerí que, cuando Unión jugara contra un equipo del fondo de la tabla, rodearan el estadio con carteles de peligro, recomendando no asistir a cardíacos, hipertensos y otras personas sensibles. La experiencia así lo aconsejaba.
Después pensé: ¡No puedo ser tan pesimista! ¡El equipo está afianzado, juega con seguridad y maneja los partidos! Pero ¡Ojo! Recordemos lo de los jujeños, aquí mismo, hace dos semanas.
Ya lo sabíamos: Algún día íbamos a perder. Pero esta es la segunda vez en tres partidos. Y siento que rondan los fantasmas del torneo anterior.
¿Exagero? Seguramente. Porque duele, no sólo perder, sino ver que hay como un desgaste, un marchitamiento en el equipo.
Hoy Unión no fue el que conocimos hasta hace muy poco. La defensa-muralla no apareció; el ataque funcionó con cuentagotas; otra vez los centros a la olla en vez del toque rasante, de primera. Parece que los contrarios le tomaron el tiempo: como lo ven todas las semanas por TV, saben cómo juega. Y tratan de armar algo para neutralizarlo.
Como algunas cosas no salen como antes, muchos piensan si no será la hora del “refresco”: algunos cambios, porque para eso hay un plantel numeroso. Kudelka lo entendió así cuando puso a Soto Torres y a Fioretto, pero no alcanzó ¿Lo pensará durante la semana?
El arbitraje, que pintaba como bueno porque el árbitro seguía el juego de cerca, se derrumbó cuando empezaron los errores: trataremos de recordar algunos:
· A poco de empezar, Correa tomó a un adversario y ambos cayeron en del área. Él árbitro cobró foul del delantero, que protestó. Probablemente se tomaron mutuamente.
· En dos avances de Unión, con muchas posibilidades de anotar, el juez de línea marcó off side ¿Habrá sobresalido la nariz, las pestañas o el flequillo de un delantero tatengue? Porque los pies estaban en la misma línea.
· Ese mismo juez de línea no vio una evidente posición adelantada -algo dudosa, quizás-del jugador bonaerense que escapó y envió el centro para que Defensa marcara el tercer tanto.
· Cuando Velázquez intentó rechazar de cabeza un centro al área unionista y convirtió un autogol ¿Nadie vio que cabeceó cayéndose porque lo tomaban desde atrás?
· Las jugadas bruscas son ilícitas ¿Por qué se permite usarlas como un recurso defensivo, sin límite de faltas para amonestar a los infractores? ¿Por qué en el Nacional B se toleran más brusquedades que en la “A”? ¿No juegan bajo el mismo reglamento?
Bueno, eso es sólo una muestra de las quejas que se me ocurren. Alguien dirá:
- ¡Ah! ¡Se quejan ahora porque perdieron! ¿Y cuando ganan? ¿No pasan cosas parecidas?
= ¡Seguro que pasan! Pero cuando uno está contento perdona errores ajenos. En cambio, con la bronca de haber perdido, buscamos culpas por doquier. Sobre todo cuando los errores de arbitraje deciden quién gana y quién no. Aquí hubo dos goles que Unión “se comió” injustamente.
- Me parece que esta discusión ya la conozco. Otra vez querrás abogar por el control tecnológico de los arbitrajes.
= ¡Por supuesto que eso siempre está en danza! Pero ahora estoy pensando en el futuro inmediato. Fijate los partidos que le quedan a Unión: Almirante Brown (V), San Martín de San Juan (L), Belgrano (V), San Martín de Tucumán (L), Rosario Central (V), Atlético Rafaela (L), C.A.I. (V), Ferro Carril Oeste (L). Si no gana los dos primeros, estará en problemas; pero si los ganara, tendría medio ascenso en el bolsillo, con 10 puntos de ventaja sobre el actual tercero, faltando seis partidos.
- ¡Ahí está! ¿Ves? El mismo programa puede ser el infierno o el paraíso ¿Por qué esperar siempre lo peor?
= ¡Tenés razón! ¡Vamos a ganar! ¡Unión viejo y peludo, nomás!
El Giorgio
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