HONRADO, PERO POBRE


Al contrario del refrán, en Bahía Blanca Unión mostró méritos pero se quedó con las manos vacías. Lamentablemente, merecer no es suficiente para conseguir.
   En el medio campo, Unión jugó, por momentos, como el mejor. Aunque parezca exagerado, me recordó al “Barsa” o, por lo menos, al mejor Estudiantes de La Plata actual: Con toques de primera, triangulaciones y paredes, el Tate se adueñó del campo, acorraló a Olimpo y -lamentablemente- desperdició varias oportunidades por la horrible puntería de quienes remataban al arco. “Al arco” es una manera de decir: varias pelotas parecieron disparos antiaéreos. Entretanto, el árbitro ignoró  numerosas infracciones de Olimpo.
   Y, como sucede en estos casos, de pronto los bahienses avanzaron: centro, cabezazo y gol. Porque esa es su fórmula: el lungo Delorte (¡Qué nombre, pobre tipo!) cabeceando centros aéreos o tirándolos él para otro delantero. Hemos visto varios partidos y así gana Olimpo: centro, cabezazo y gol.
   Al contrario de otras veces, Unión no se cayó y siguió jugando mejor que su rival. Mantuvo su juego durante todo el  partido. Donnet era la gran figura, pero los demás no desentonaban. Así fue que, ya en el 2º tiempo, Guerra “peinó” apenas un remate de Donnet y la pelota entró junto al primer palo, “arañada” por Tombolini: uno a uno.
   Todo seguía siendo de Unión, que buscaba los 3 puntos. El número de tiros de esquina cedidos por Olimpo en todo el partido refleja el acoso a que lo sometió Unión. Pero (siempre hay un pero), centro de Olimpo, Delorte le pone el brazo en el cuello a Limia cuando rechazaba con los puños y la pelota cae dentro del área. Y aparece el “Tato” Mosset (Ex-Unión, claro) para cabecear. La pelota pasa entre muchos pero ninguno la alcanza, Limia no llega y Unión queda afuera.
   ¿Por qué no le cobraron la infracción a Delorte? ¿No la vieron ni el árbitro ni el juez de línea? ¿Por qué no se aplica la tecnología para evitar estos “errores” que definen partidos? Ya le dedicamos una columna a este tema: “Unión, Los árbitros y la tecnología”. Pero si a la FIFA no se le ocurre, la AFA no lo aplica. ¿Innovar? Ya lo dijo Maquiavelo: el innovador tiene por enemigos a todos aquellos que lo han hecho bien bajo las viejas condiciones y sólo indiferentes defensores en quienes podrían hacerlo bien bajo las nuevas condiciones. Y los mediocres prefieren que todo siga igual.
   Es verdad que somos sensibles a los centros aéreos y que fallamos en la puntería. Pero volvemos a lo mismo: Los arbitrajes definen partidos y hasta campeonatos. Si no, que lo digan los de Huracán.
  Curiosamente, pese a la amargura por la inmerecida derrota, reconocida hasta por los relatores porteños, me quedó la satisfacción de haber visto a  Unión erguido, jugando como se debe. Sólo falta “embocarla”. La matemática dice que todavía se puede.

El Giorgio

23 /10 /2010                            

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