(22/8/10)
El gol de cabeza de Quiroga al comienzo y el buen juego unionista de los minutos siguientes parecían encaminar todo a una actuación satisfactoria del equipo tatengue. Pero la ilusión se fue desvaneciendo con el correr de los minutos. Sin embargo, el 1 a 0 del primer tiempo fue mezquino para un Unión que había sido más que Independiente Rivadavia de Mendoza.
Nadie imaginaba lo que pasaría en el segundo tiempo, cuando los mendocinos salieron a buscar el empate, Unión estaba desorientado. Jugadores que no interpretaban -o no sabían hacerlo- las indicaciones del técnico: caso de “tarrito” Pérez, muy voluntarioso pero que terminó desordenando a la defensa tatengue. Siempre jugaba como marcador de punta y ahora, de volante, no encajaba ¿No había otro en el banco, que cumpliera bien esa función? Sabemos que sí.
Entretanto, algunos jugadores mendocinos apelaban a los empujones, codazos alevosos y juego sucio, no penalizados como correspondía por un árbitro demasiado permisivo con ellos, pero severo con los de Unión.
De ese desorden surgió el empate. Y, como si fuera poco, un escándalo: el fallo de off-side cambiado luego a penal (que lo fue) pero por información al árbitro de gente del equipo mendocino: 15 minutos de discusiones, forcejeos entre los jueces, jugadores, técnicos, suplentes y hasta la poli-cía. Quienes estaban lejos, o a nivel del piso no pudieron apreciar los detalles de la jugada polémica. Sólo vieron un banderín mantenido en alto durante largos segundos por el juez de línea, al árbitro, omitiendo un evidente penal contra un delantero visitante y levantando el brazo para señalar el tiro libre del off-side, la intromisión de gente del banco mendocino y consecuentemente la sanción del penal contra Unión ¿Quién podía explicar lo sucedido? No había pantalla ni “replay” donde ver la repetición de la jugada.
Después, penal y gol de Independiente Rivadavia. Lo que siguió fue un juego desordenado, con cambios en Unión, agregando atacantes pero manteniendo el defectuoso medio campo, angustia y final con derrota tatengue.
Que quede claro: El penal existió. Unión perdió porque en el 2º tiempo jugó mal. Esa fue la causa de todo. Pese a que a Unión le anularon 2 goles: El primero (dudoso), a Mannara, cuando iban 1 a 1. El 2º, a “la Chancha” Zárate, tal vez levemente fuera de juego cuando ya estaban 2 a 1.
En cuanto al arbitraje: si alguien me sigue en estas columnas, le pido perdón: voy a iterar, reiterar y recontra iterar lo que vengo pregonando desde hace tiempo: mucho de eso se habría evitado si los árbitros tuvieran apoyo de la tecnología moderna. Esa que rehúsan los zares del fútbol. Reflejo de una sociedad indolente, ignorante y llena de corrupción en todos los niveles.
Pero no perdamos la esperanza: el torneo es largo y recién está comenzando.
El Giorgio
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