20 de noviembre de 2010
San Martín de Tucumán 1, Unión 1.
- Cuando Montero convirtió su gol y los tucumanos se quedaron con uno menos, pensé titular esto como “una flor en el jardín”.
- ¿Y eso?
- Bueno; Unión se traía tres puntos de Tucumán.
- No me cierra.
- ¡Pero está clarito! Mirá: Si jugás al truco y sacás una “flor”… ¿Cuántos puntos ganás?
- Tres ¿Y?
- ¿Cómo le dicen a Tucumán?... Acordate: “El jardín de la Republica ”.
- ¿…?
- Entonces, sacar tres puntos de Tucumán es como traerse una flor de ese jardín.
- ¡Eeeh, loco! ¡Qué rebuscado! ¿Te volviste poético, ahora? Andáa… El fútbol y la poesía son como agua y aceite, che.
- No lo creas. Hay muchas comparaciones de jugadores con cosas tan sublimes como la poesía: al “Chueco García”, que jugaba en Racing y en la Selección , le decían “El poeta de la zurda”; Después, hay un cuento de Fontanarrosa…
- ¡Pará, pará, loco! ¿No te vayas por las ramas! ¿Qué pasó con el partido?
- Y… que el referí se asustó por haber expulsado a un jugador local, y para compensar les dio un penal muy dudoso a los tucumanos. Y empataron.
- Bueno… pero ustedes tenían un jugador de más ¿Cómo no lo aprovecharon?
- Al principio sí. Parecía que el Tate metía el segundo y se acababa la discusión. Pero los otros salieron a quemar las naves: se fueron para adelante y se armó un partido de ida y vuelta. Estuvo para cualquiera de los dos.
- Mirá: vos, antes del partido, dijiste que lo importante era no perder; que Kudelka armó un esquema más defensivo que otra cosa, con un solo delantero ¿Entonces, de qué te quejás?
- ¿No sabés lo que pasó?
- No.
- Cuando se acababa el tiempo de descuento le dieron un penal a Unión. Y el referí dijo: patean el penal y se acaba ¡Era otra vez la flor en el jardín!
- ¿Y?
- Lo atajó el arquero
- ¡Qué macana, che! ¿Y la flor?
- Se marchitó, nomás.
El Giorgio
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