¿Qué dice este tipo? Se preguntarán muchos. Viejo, podría ser, pero peludo…
Sin embargo fue una frase triunfalista o de aliento para cualquier equipo o deportista:
Ganó Fangio: ¡Fangio viejo y peludo, nomás! Gol de Unión: ¡Unión viejo y peludo, nomás!
Era el equivalente del actual: ¡Vamos Racing, todavía! O ¡Dale Unión! o cualquier otra frase cuyo significado real sería incomprensible para un extranjero, con diccionario y todo. Porque si analizáramos el significado de “viejo y peludo” costaría hallar el que le dábamos ¿Y el nomás? ¿Por qué “nomás? Tan absurdo como el “todavía” que mencionamos antes.
Bueno, pero así era la cosa en los viejos tiempos ¿De qué tiempos hablo? Veamos:
Noche de verano de 1942. Unión ingresaba a la AFA, para competir en el torneo llamado “2ª de ascenso”. Y para prepararse, organizó un cuadrangular con River, Boca y Racing ¿Qué tal? Porque se descontaba que Unión era “de primera” y el torneo de ascenso sería un mero trámite. Lamentablemente, hoy sabemos que no fue así.
El estadio tenía, por entonces, sólo dos tribunas de cemento: La “redonda” y la “oficial” con su parte techada. Enfrente, del otro lado de la cancha, una tribuna de madera: los auténticos “tablones”, respaldados por una arboleda de pinos. Tampoco existía la tribuna “de las bombas”.
Mi padre me llevó a “platea”, que era una hilera de sillas plegadizas de madera, ubicadas dentro del campo de juego, contra el alambrado de la tribuna oficial. No había foso y los jugadores efectuaban los saques de costado a pocos centímetros de nosotros, de modo que pude ver de cerca a las celebridades futbolísticas del momento, aunque yo no conocía sus nombres.
En la noche del sábado River derrotó a Racing y Unión le ganó a Boca por 3 a 1. De todo eso apenas recuerdo un golazo de Unión: remate cruzado y rasante, de derecha a izquierda, en el arco de la redonda. El domingo perdimos la final con River, pero Unión ya tenía chapa de primera.
Transcurrieron los años. Muchos de ellos arañando el título -sólo subía un equipo- y los demás permaneciendo en la división de ascenso. En el camino quedaron nombres de grandes jugadores que vistieron la casaca rojiblanca. Hasta que se logró ascender. Pero esa ya es otra historia.
¿Recuerdan la fecha que cité al principio? La mayoría de la gente que vio aquel cuadrangular ya no vive; otros han perdido la memoria. Pero hay ahora más hinchas, más banderas, más tribunas, más gritos y cánticos de aliento. La fe en el equipo se renueva cada temporada. La paciencia se pierde pero la esperanza se recupera.
Y ahora, otra vez, estamos ante las puertas de un ascenso. No somos menos que lo demás y ahora hay más de un lugar para lograrlo ¿Podremos, al fin, salir de este pantano y quedarnos a vivir en la división que nunca debimos abandonar?
Pero no basta con el deseo. Para exigir, hay que ganarse el derecho, dando primero. Hay que ayudar asociándose, poniéndose al día con las cuotas, alentando a los jugadores.
Hay que celebrar los triunfos con humildad y también saber perder, aunque duela.
Y si se cometen errores, ayudar a corregirlos. De los errores se aprende.
Nada debe detenernos. Nadie puede quitarnos el derecho a ser de primera.
¡Vamos Tate, nomás! O, como decíamos antes: ¡Unión, viejo y peludo, nomás!
El Giorgio
2 comentarios:
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